LAS
TRES REALIDADES MÁS IMPORTANTES PARA EL
HOMBRE
EN
PRIMER LUGAR ESTÁ DIOS: La Fe y Doctrina Católicas
∞
EN
SEGUNDO LUGAR ESTÁ LA FAMILIA: El Padre, la Madre y los Hijos Católicos
∞
EN
TERCER LUGAR ESTÁ LA PATRIA: El Pueblo y Gobierno Católicos
LA
SANTÍSIMA TRINIDAD
PADRE,
HIJO Y ESPÍRITU SANTO
El misterio de la
Santísima Trinidad consiste en que Dios siendo numérica e individualmente Uno,
existe en tres Personas; en otras palabras, la Divina Esencia que es una y la
misma en el más estricto sentido de la palabra, existe en tres Personas
realmente distintas una de otra, y sin embargo,
cada una idéntica con la misma esencia divina. El Padre no es
engendrado, EL Hijo lo es, y el Espíritu Santo procede como de un principio,
del Padre y del Hijo.
Cada Persona es
realmente distinta de las otras, cada una es verdadero y eterno Dios y con
todo, no hay más que un solo Dios. Lo podemos entender como tres individuos son
distintos entre sí y, sin embargo, poseen en común su humanidad.
La unidad de las
tres Personas divinas es, con todo diferente. Cuando hablamos de ellas como un
Dios, significamos no solamente que cada una es Dios sino que cada una es Uno y
el mismo Dios.
ESTE ES EL
MISTERIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, incomprensible a la inteligencia humana,
En el antiguo
Testamento, la noción de las divinas
personas fue muchas veces figurada, aunque de un modo oculto, porque los judíos
eran demasiado propensos al politeísmo.
Este es el más grande misterio de la Religión Católica y comienza todos
los actos del culto público invocando el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.
LA
FAMILIA
Institución
legítima, monógama, fundamental de la sociedad, imprescindible para la propagación de la especie humana y el
desarrollo del hombre. Ya desde la Creación fue asentada la base monógama de la
unión familiar (Gen. 2-24), y ha sido
históricamente el centro propulsor del progreso humano, Cristo la elevó
a la dignidad de unión sagrada; de ahí que la familia realmente cristiana
representa la organización ejemplar, pues en ella los deberes y derechos de
cada miembro no son gravosas imposiciones jurídicas, sino sublimes vínculos de
amor. Y gracias a ese amor la esposa se subordina al marido y se eleva a la
condición de compañera, mientras la suave sumisión de los hijos es el
reconocimiento de la autoridad de los padres quienes les suministran dirección,
cariño, tutela y medios para su desarrollo físico, moral e intelectual.
Por eso son
absurdas y antinaturales las teorías que tienden a anular los vínculos de
consanguinidad y parentesco, ya sea por la concepción comunista del amor libre,
de las perversas leyes actuales contra natura o por cualquier otra tendencia
sociológica disgregadora de esta célula de la sociedad humana.¨
Las enseñanzas de
Jesucristo en el seno del hogar proporcionan la paz que debe privar en los
momentos de crisis y goce en los triunfos de la vida, ayudando a cercarse a
Dios suprema meta de la familia católica.
LA
PATRIA
Es la llamada Nación; compuesta del territorio, de la ciudad, poblado o lugar, donde se nace o
se vive largamente, con su gente, su historia, su religión, su cultura y sus
costumbres.
En el caso
particular de Méjico y de todas las naciones hispanoamericanas, estas patrias salieron
del Imperio Español de manera abrupta, rebelándose contra la Monarquía española
no por sus propios habitantes, sino por instigación de naciones extranjeras y masónicas,
como lo fueron los Estados Unidos de América calvinistas, la Francia
revolucionaria de Napoleón I y la Inglaterra anglicana. Quienes con su odio a
la Religión Católica y a la España espada de la Iglesia, armaron material e
intelectualmente a los nativos inconformes y desorientados, para romper los
lazos que por trescientos años habían sido formados en las virtudes católicas e
hispanas.
La Patria grande
de los habitantes de Hispanoamérica era sin duda, la unidad que formaban los
cuatro Virreinatos americanos: La Nueva España, la Tierra Firme, el Perú y La
Plata.
Con la forzada
independencia, se fueron creando pequeñas patrias sin otro sostén que sus
menguadas fuerzas, y fueron cayendo una a una en el juego político y económico
de las tres referidas potencias.
Méjico, comenzó su
independencia con el Imperio Mejicano
Católico, encabezado por don Agustín Iturbide con el Plan de las Tres
Garantías, hermoso proyecto que de haberse consolidado hubiera constituido la
primera potencia católica del Nuevo Mundo.
Pero fueron los
eternos traidores y enemigos del Orden Cristiano, los enemigos del pueblo
mejicano católico e hispano, quienes lo derrumbaron para instalar una
república, triste copia de sus protectores, los anglos.
Pues Méjico y todas las naciones hispanoamericanas quedaron, al fin sujetas como
protectorados, eufemismo de viles colonias, sujetas al mando yanqui,
cumpliéndose ampliamente los lineamientos de la doctrina del “Destino Manifiesto Imperial de los
angloamericanos” doctrina estructurada y puesta al día por el masón
Benjamín Franklin, cuyo lema era: “Dios el altísimo ha predestinado al pueblo
angloamericano para regenerar el Mundo”
LUIS OZDEN.
JUNIO del
2018.