viernes, 20 de noviembre de 2015

LA DEVOCIÓN DE HERNÁN CORTÉS



LA DEVOCIÓN DE HERNÁN CORTÉS

                                                
JOYA LLEVADA POR HERNÁN CORTÉS  AL MONASTERIO DE GUADALUPE DE EXTREMADURA, COMO EXVOTO
1528-1529
LUIS OZDEN


Gonzalo de las Casas, Alcalde Mayor y Encomendero de la Mixteca (Hoy Oajaca) y pariente del Mártir Felipe de Jesús, en su tratado “Arte para criar seda en la Nueva España” (1581) afirma que ya desde 1522 había enviado Cortés a España por cañas de azúcar, moreras, peras, seda, sarmientos y  otras muchas plantas. 
Hacia el año de 1527 Hernán Cortés poseía unas buenas tierras cercanas a la población de Yautepec, sur de la ciudad de México, donde cultivaba moreras. Cortés cuidaba personalmente de esas preciadas plantas traídas desde Granada en 1524, de las que, por medio de sus gusanillos, esperaba obtener las primeras sedas cultivadas en el continente americano.
“La tierra novohispana era rica y se cultivaba de todo a sólo seis años de ganada la Conquista”
Ya su huerta fructificaba y pronto los moriscos llegados a Nueva España, a sus expensas, comenzarían a producir la preciada seda. Absorto en sus proyectos empresariales estaba el Conquistador, cuando sin percatarse, fue mordido en una pantorrilla por un “escorpión”; una especie de lagartija o salamandra muy ponzoñosa cuya mordedura era casi siempre mortal.
Varios de los acompañantes de don Hernando se aprestaban para aplastar al animalejo, pero Cortés les ordenó que en matándolo lo conservaran. La ponzoña de la salamandra comenzó a hacer sus efectos en el organismo de Cortés y éste ya no pudo caminar, creyendo que moriría en el acto porque se desvanecía. Alguno pidió a los indios que llamaran a un chamán muy conocido por sus curaciones.

“Estando en esa congoja, volvió los ojos a la morena Virgen de Guadalupe de su tierra extremeña, y de la que sabía, que desde que el pastor Gil la encontró en la cueva, no había dejado de hacer milagros. Levantó hasta ella el alma, atribulado, ofreciéndole que si lo aliviaba, le llevaría en persona un exvoto a su santuario como agradecimiento.”
“Acabada su plegaria, apareció un indio anciano en la puerta de su casa, sabedor de lo que acontecía, traía con él un montón de hierbas y un brebaje.”

Las hierbas las aplicó a la herida y le hizo tomar constantemente, el zumo amargo.
“A los pocos días quedó sano y bien puesto. Comprendió que esa cura se había realizado por la bondadosa gracia de Nuestra Señora.” 
Esta anécdota aparece en el libro escrito por el Padre Francisco López de Gómara quien fue capellán del Conquistador cuando éste residía en España después de 1540. Gómara agrega que Cortés mandó labrar el exvoto prometido a la Virgen Santa María de Guadalupe, a los joyeros de Moctezuma, estos eran indios de la Mixteca quienes tenían una colonia en el barrio de Azcapozalco al norte de la ciudad de México.
Gómara continúa describiendo en su crónica que el oficio “más primo de los indios de la ciudad de México” era la joyería.
“Sacan al mercado cosas bien labradas con piedra y fundidas con fuego. Un plato ochavado, en un cuarto de oro y el otro de plata, no soldado sino fundido y en la fundición pegado; un pesce con una escama de plata y otra de oro, aunque tenga muchas. Vacían un papagayo que se le ande la lengua, que se le mecen la cabeza y las alas…… esmaltan así mismo, engastan y labran esmeraldas, turquesas y otras piedras y agujeran perlas….” 
“Aquel exvoto deseaba Cortés que fuese un animal hueco para poner dentro el que lo picó. Al poco tiempo estaba ya fundido y bien pulimentado ese exvoto en un espléndido engaste de piedras finas. El cuerpo se hallaba todo revestido de mosaico verde, azul y amarillo, figurando escamas y rugosidades por las que andaba un cálido y perene tornasol; en él se veía que resaltaba el verde hiliano de cuarenta y cinco esmeraldas las más dellas labradas con extrañeza, en las patas aprisionaba dos perlas rosadas y toda la áurea alimaña pendía de una cadena formada por placas llenas de sutiles labrados, unidas entre sí por eslabones de finura delicada, y en las que se irisaban otras perlas; había, además, perlas magníficas en los remates y afiligranados colgantes, de todo él pendían a modo de brinquiños, con gracia frágil, exquisita y pura. Entre este estuche de deslumbrante suntuosidad, se encerró el cuerpo seco de la maligna sabandija”. (1) Del Texto de Letizia Arbeteta.

También mando labrar don Hernando una ancha y pesada lámpara de plata, para que, perpetuamente, con la renta que iba a dotarla, ardiera ante la Virgen de Guadalupe.

                                     
“Recién terminada la Conquista de la ciudad de México, ya le había enviado a la Virgen , además de gruesos tejos de oro, de barras de plata, de grandes penachos de plumas verdes y argentería, un ancho esplendoroso plumaje a manera de capa el campo verde a la orladura de plumas largas, el cabezón labrado de oro e pluma azul aferrado en un cuero de tigre”
“Item, un corte de pluma azul e oro, un como cuerpo abierto por los pechos a manera de sacrificado al uso que acá se sacrifican, con la cintura de pluma verde. Item, una rodela, el campo azul con un hombre figurado en medio, labrado de oro”.
En 1528 se embarcó Cortés en Veracruz, hacia España. iba radiante y caballeresco a su patria natal a recoger el premio después de haber domado a la fortuna. (2) Del Texto de Letizia Arbeteta.


“Al llegar a España enderezaría sus pasos, primero como humilde peregrino, hacia el venerado Santuario de Guadalupe, para postrarse ante la Virgen y ponerle el corazón a sus pies, por el santo auxilio que constantemente, le impartió en su vida de lucha, llena de arriesgados trabajos y peligros grandes  continuos.”
A llegar al Monasterio de Guadalupe mandó hacer un solemne novenario, repartió grandes limosnas entre los pobres del lugar y mandó decir misas por el descanso del alma de su padre, por quien llevaba vestidos de luto. También mandó decir misas por los esforzados compañeros muertos en las luchas de la Conquista.

LAS CONTROVERSIAS ENTORNO AL EXVOTO
Tomo la información del trabajo publicado en Madrid en el mes de octubre de 1995. Trabajo elaborado por la investigadora Letizia Arbeteta Mira.

Comencemos por el inventario de las alhajas del joyel del Real monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. En la serie de objetos pertenecientes al siglo XVI aparece un dibujo que representa una joya con cadenas que representa un exvoto que el conquistador Hernán Cortés llevó personalmente al Monasterio de Guadalupe a fines de 1528.

“Esta joya es particular por la circunstancia de retrato de un escorpión u otra sabandija que mordió al famoso Hernán Cortés causándole una gran enfermedad de la que estuvo a la muerte …… En su aflicción se ofreció a Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe en Extremadura quien oyó su súplica. Y el devoto Hernán Cortés demostró su agradecimiento a su bienhechora en esta Santa Casa, siete años después de ganada –la ciudad de México- ofreciendo varios dones y uno de ellos fue esta joya que es de oro con algún esmalte verde y otros colores, con cuarenta y tres esmeraldas muy claras, grandes y hermosas, las más de ellas labradas con mucha extrañeza, tiene también cuatro perlas de dos colgantes y las otras dos presas de las garras……le falta una esmeralda en el espinazo.”

 La primera referencia a las ofrendas de Hernán Cortés se encuentra en la obra de Fray Gabriel de Talavera: “Historia de Nuestra Señora de Guadalupe, publicada en Toledo en 1597.
El archivero mayor y bibliotecario del Monasterio de Guadalupe, en su obra “La Virgen de la Hispanidad”, editada en Sevilla en 1942, identificaba el exvoto en forma de pinjante en forma de lagarto que se conserva en el Instituto Valencia de Don Juan, en España. Varios otros investigadores se adhirieron a esta misma opinión en 1978. Y otro archivero e investigador del Monasterio de Guadalupe escribió en 1981, un artículo titulado “Nuevos datos del Exvoto de Hernán Cortés” con las opiniones y controversias de los investigadores de esa época, dominando la opinión de ser una pieza europea de finales del siglo XVI.
Es muy extensa la lista de autores y opiniones, sobre el famoso exvoto trabajado por los indios joyeros de Moctezuma, la mayor parte fantasiosas y peregrinas.
Por lo tanto nos vamos a concretar a relatar los hechos consignados en los documentos que tenemos:
En primer lugar está la crónica de Bernal Díaz del Castillo, cronista y testigo de la Conquista:
En 1528.  “…..fue a jornadas largas a Nuestra Señora de Guadalupe para tener novenas…..”
En el libro de capellanías conservado en el Monasterio y que es el testimonio más antiguo de la visita de Cortés a Guadalupe, no se hace referencia a la mordedura del escorpión, solamente describe la pieza.

“El Marqués del Valle de Guaxaca en las Indias de la Nueva España, Don Fernando Cortés, Capitán General de la Nueva España vino de las Indias a visitar esta Santa Casa el año de 1528, y ofreció a Nuestra Señora un rico alacrán de oro, hecho de manos de indios y tiene unas esmeraldas de mucho valor y ofreció otras muchas cosas de plumas hechas que están en la Sacristía……”

La investigadora Letizia Arbeteta, relata la opinión del Padre Francisco de San José archivero del Monasterio en 1740, Cortés, estando en peligro de muerte, se dirigió a  Nuestra Señora de Guadalupe: “Así la buscó humilde, hallándose deshauciado de los médicos por una mordedura de venenosísimo escorpión que le quitaba la vida…..”
“un escorpión de oro y cuajado de esmeraldas y otras piedras preciosas y dentro el ponzoñoso animalito….”

La autora referida cree que la figura del exvoto que representa una lagartija no tiene nada que ver con un “escorpión- alacrán”, y queda desconcertada por la joya que se exhibe en el Instituto de Valencia de Don Juan en Madrid.

Yo creo que esa joya que se presenta con la figura del lagarto es la auténtica, aunque algo modificada y sin todas las esmeraldas y piedras originales, porque muchas de esos exvotos a la Virgen de Guadalupe fueron deshechos para utilizar las joyas en el suntuoso sagrario elaborado en el siglo XVIII.
En cuanto a la figura del animal, como una especie de salamandra, es correcta, por lo que ya hemos asentado antes: Que a esa lagartija ponzoñosa se le llama en México con el nombre de ESCORPIÓN, sin que tenga nada que ver con el insecto, al que comúnmente se le denomina como ALACRÁN, también muy venenoso del que existen muchas variedades en todas las regiones tropicales del país.
LUIS OZDEN
Noviembre de 2015.
BIBLIOGRAFÍA
*“Historia de la Conquista de México”, Francisco López de Gómara, Ed. Ayacucho, 1979.
*”Andanzas de Hernán Cortés”, Artemio de Valle-Arizpe, Ed.Panorama, 1987, México.
*Texto publicado, “El exvoto de Hernán Cortés”,  Madrid, España, 1995. *Fotografías de “Hispanic Society of America”, Instituto Valencia de Don Juan, Madrid.

*Apuntes de la Academia de Hernán Cortés, Ciudad de México, año 2000.



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